jueves, 18 de marzo de 2010

Lo que vi a través de un Espejo...

(Sobre un amor con desamor)




Cuando ya no quedaron más palabras que decir, ni más lágrimas que llorar. Cuando ya iba dejando de estar ciega y de soñar con los ojos abiertos una luz que bajaba allá lejos esperanzada. Cuando ya ni eso quedaba, supo que lo contrario al amor no era el odio sino la indiferencia. La indiferencia que en su ceguera no había visto ni imaginaba y hacia la cual ahora se encaminaba. El vacío del que tanto escuchaba hablar a su contraparte que alguna vez no fue contra sino sólo parte. Pero al menos escapaba. De un juego donde jugar era tan absurdo como no hacerlo. Porque nunca nadie supo descifrar las reglas y menos iba a conocerlas ella, ni ahora, ni mañana, ni ayer. ¿Cómo puede un vacío ser tan lleno? De la misma manera en que se desea que un globo vuele y a la vez se lo sostiene por su hilo… ¿Y cómo iba a recuperar los pasos para poder seguir caminando? De la misma manera en que alguna vez unió cuenta por cuenta hasta formar un collar, algo q había hecho muchas veces y sin embargo siempre olvidaba cómo, pero siempre también volvía a aprender. Porque al abandonar un terreno blando, el barro se queda en los pies… y acompaña nuestros pasos un buen tiempo, para desaparecer sólo si seguimos caminando. Pero caminar empujándose a uno mismo, ¿es avanzar? Cada paso que dio luego fue una eterna permanencia en el mismo sitio. Un paso y todo daba un paso hacia adelante. Otro, y todo volvía a moverse otro hacia adelante. A veces el vacío puede ser tan pesado como un todo. Y la indiferencia tan triste que no deja llegar a nadie hasta ella. Después la gente se asombraba de que a veces prefiriera “pararse” a llorar… si nunca se había movido realmente! …hay cosas que siempre hay que volver a aprender.


Y yo tampoco sé cómo sigue esta historia... por ahora.








(hay cosas reparables y otras que simplemente se rompen)